Miles de mujeres toman las calles de Hermosillo en una marcha histórica por el 8M

El pasado 8 de marzo, miles de mujeres salieron a las calles de Hermosillo, Sonora, para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. La manifestación, que reunió a colectivos feministas, estudiantes, activistas y ciudadanas en general, tuvo como principal demanda la justicia para las víctimas de violencia de género y la equidad en todos los ámbitos de la sociedad.

Desde las primeras horas de la tarde, las participantes se congregaron en distintos puntos de la ciudad para marchar juntas hacia el centro. Durante la caminata, se escucharon consignas en contra de la violencia machista, el feminicidio y la impunidad, mientras las manifestantes portaban pancartas con mensajes de lucha y resistencia.

Uno de los puntos álgidos de la jornada ocurrió al llegar a las instalaciones del Poder Judicial, donde algunas manifestantes realizaron pintas y destrozos en señal de protesta. La acción, que generó opiniones divididas entre la ciudadanía, fue justificada por diversas agrupaciones feministas como una respuesta al hartazgo ante la falta de justicia para las víctimas de violencia de género y feminicidio en el estado.

A pesar de estos incidentes, la marcha transcurrió mayormente de manera pacífica y contó con la presencia de organismos de derechos humanos y cuerpos de seguridad que resguardaron el orden sin intervenir en la movilización. En redes sociales, las imágenes de la manifestación se hicieron virales, evidenciando el alcance y la relevancia del movimiento feminista en Sonora.

Al cierre de la marcha, distintas voceras de los colectivos recalcaron la importancia de seguir luchando por la equidad y pidieron a las autoridades compromisos reales para atender la crisis de violencia que enfrentan las mujeres en la entidad. "No queremos más discursos, queremos justicia", fue una de las frases más repetidas durante la jornada.

El 8M en Hermosillo dejó una huella significativa y demostró que la lucha por los derechos de las mujeres sigue vigente. A pesar de las controversias, el mensaje fue claro: la demanda por un mundo más justo e igualitario no cesará hasta que se logren cambios reales.