
Día de la Libertad de Expresión en México, un derecho esencial para la democracia

El 7 de junio se conmemora en México el Día de la Libertad de Expresión, instaurado en 1951 por el entonces presidente Miguel Alemán Valdés junto con editores de periódicos. Esta fecha busca visibilizar la importancia de que todas las personas puedan manifestar ideas y acceder a información sin temor a represalias ni restricciones indebidas. Este derecho está respaldado por los artículos 6 y 7 de la Constitución mexicana, así como por convenios internacionales que protegen la libre manifestación de las ideas.
La libertad de expresión no solo ampara el intercambio de opiniones, sino también el funcionamiento de una prensa libre e independiente, clave para la rendición de cuentas y la vigilancia del poder. En la práctica, significa que ningún individuo o institución puede imponer censura previa ni prohibir la difusión de información, salvo en casos excepcionales previstos por la ley. A nivel regional, principios como los establecidos en la Declaración de Chapultepec, firmada en México en 1994, refuerzan este compromiso.
Sin embargo, México enfrenta retos persistentes para garantizar este derecho de forma plena. El acoso judicial a periodistas y ciudadanos críticos, mediante denuncias o sanciones por supuesta “violencia política de género” o “ciberasedio”, ha incrementado la preocupación por posibles restricciones a la libertad de expresión. Casos recientes de comunicadores y usuarios de redes sociales sancionados ilustran cómo la legislación puede ser utilizada para intimidar voces incómodas.
A esto se suma la inseguridad: México sigue siendo uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, debido a amenazas vinculadas al crimen organizado y la corrupción. A pesar de existir leyes y mecanismos de protección, su implementación no siempre es efectiva, lo que deja a muchos periodistas y defensores de derechos humanos en situación de vulnerabilidad.
Conmemorar el Día de la Libertad de Expresión no es solo recordar una fecha histórica, sino reafirmar la necesidad de fortalecer un derecho que es pilar de la democracia.
Proteger la libre expresión significa garantizar que existan voces diversas, críticas y plurales que enriquezcan la vida pública y defiendan la transparencia y la rendición de cuentas.
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